Dentro de pocos días la Asociación Cultural
“Mirador de San Lorenzo” llevará a cabo diversas actividades que redundan en
torno a la arruinada iglesia de la que tomaron el nombre. Y dichas actividades,
entre las que se encuentran una verbena con instalación de servicio de barra
incluida, van encaminadas a la obtención de algunos fondos para enmendar
nimiamente algunas carencias del referido monumento histórico. Pero la
intervención que necesita este edificio es de cierta envergadura si se pretende
mantenerlo en pie, porque como no se pongan manos a la obra varios estamentos
para hacerle frente a sus aspectos más ruinosos y remediar en primer lugar las
cubiertas, muy pronto veremos sus tejados y veleta a ras del suelo. Nosotros
desde aquí sólo podemos manifestarnos para que los responsables del mismo tomen
pronto cartas en el asunto, para que luego no haya que lamentarse por haber
llegado tarde. Reconocemos que en estos tiempos no se puede pretender realizar
una reforma íntegra en la iglesia de San Lorenzo, pero hay zonas de la misma
que urgen ser restauradas de inmediato antes de que lleguen las primeras
lluvias. Ya hace unos años los “Caballeros Veinticuatro” alzamos una voz de
alarma, pero ahora y viendo el estado en que se encuentra buena parte de su
techumbre, lo que lanzamos es un grito de AYUDA A SAN LORENZO y de paso nos
solidarizamos con la petición de firmas que deambula por Internet.
Quisiéramos
también y aprovechando la ocasión, dejar claro que nuestro colectivo estaba en
total conformidad con que la hiedra que cubría la espadaña y parte de la
fachada, fuera retirada, porque estaba haciendo mucho daño a sus muros. Aunque a
decir verdad el aspecto que mostraba repleta de verdor era impresionante y digno
de una postal (que las hay) pero en realidad sólo encubría la miseria que había
tras de ella.
En
muchas ciudades patrimoniales centroeuropeas, desde hace algún tiempo, han
observado que las plantas trepadoras que revestían muchas de sus mansiones monumentales,
estaban destrozando poco a poco las paredes que recubrían con su majestuoso manto verde y
ahora las están desprendiendo de él para que luzcan en sus fachadas la piedra y
el ladrillo ya que en definitiva es su histórico y primitivo hábito. Sirva como
ejemplo el edificio que alberga el museo Gruuthusen de Brujas y del que
adjuntamos una fotografía. Y llegado a este punto, nos gustaría que, una vez
que la hiedra se ha secado totalmente, que el órgano competente (Iglesia,
Ayuntamiento, Junta de Andalucía, o quien sea) se ponga manos a la obra e
intervenga para hacer desaparecer de la fachada el esqueleto que ha quedado de
esta planta, porque de este modo manifiesta más ruina aún si cabe que la que
tiene.
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