miércoles, 4 de junio de 2014

UN INVITADO DE EXCEPCIÓN


El poeta y escritor ubetense Ramón Molina Navarrete departió con los “Veinticuatro”

El pasado 24 de abril nuestro colectivo, como tiene marcado en sus ordenanzas, tuvo a bien invitar a un personaje local a uno de sus cabildos. En esta ocasión quisimos que fuera el escritor y poeta Ramón Molina Navarrete quien nos honrara con su presencia y nos obsequiara con algunas pinceladas de su docta trayectoria, todo bajo el clima distendido que nos caracteriza y mientras degustamos algunas viandas tradicionales de nuestra gastronomía. Durante las tres horas que estuvimos de tertulia, abordamos temas de diferente índole pero casi todos en derredor de la cultura local (libros, asociaciones, monumentos, tradiciones, personajes, etc.). En agradecimiento, el invitado nos regaló varias publicaciones escritas y publicadas por él. También regaló un poema a los que componemos esta peculiar asociación. En esa misma noche surgió la idea de dar a conocer dicho escrito y hacer partícipe al lector de tan loables palabras, pero surgieron opiniones favorables y desfavorables para su publicación. A lo que el autor respondió: “El poema está dedicado con todo corazón. No pasa nada si lo dais a conocer. Las grandes labores no siempre han de permanecer ocultas. Porque, "¿acaso se enciende una vela para ponerla debajo del celemín?, ¿No es para ponerla sobre el candelero? (Marcos, 4,21). Ánimo y a seguir manteniendo el grupo y la labor que siembra justicia y denuncia con honradez. Ante estas loables palabras no tenemos nada más que añadir y aquí os dejamos con el poema que nos dedicó este maravilloso escritor al que un caballero de nuestro colectivo lo bautizó como “El Anárquico creyente”.

CABALLEROS VEINTICUATRO
Ellos son como luces en la noche.
Aventureros nobles conquistando
leyendas imposibles. Hombres buenos
defendiendo lealtades y legados,
mostrándonos senderos de honradez
y limpias claridades, denunciando
ambiciones y errores y mentiras,
cualquier traición que hacemos al pasado.
Ellos son sueños dados a la entrega.
Quijotes de aventura cabalgando
por los cerros del sur hacia la aurora.
Presencias inmortales. Limpias manos
ofrecidas al mundo y a la Historia.
Señores de humildad. Nobles hidalgos.
Sembradores de estrellas y amistades.
Distinguidos varones. Fieles sabios.
Poetas de palabras como espadas
clavándose en los templos de los párpados,
para que nadie diga ya que en Úbeda
no hubo quien encendiera, por su espacio,
un fuego sobre el frío que la viste,
sobre el hielo traído por los años,
con la intención de hacerla más hermosa,
más justa para más en ella amarnos,
y amarla hasta dejarnos alma y sangre,
aliento, vida entera sin descanso,
sabiendo que nos ama también ella
y nos deja dormirnos en sus brazos.
Ellos son locos cuerdos. Marineros
en mares de esperanza. Lluvia. Campo.
Semilla. Flor. Altura. Cielo azul.
Ellos son lumbre. Cántico. Seis pálpitos
constituyendo un solo corazón.
¿Su nombre?:
“Caballeros Veinticuatro”

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