martes, 31 de mayo de 2016

SOBRE LA VEGETACIÓN DEL HUERTO DEL CARMEN Y ALEDAÑOS

Aspecto muy favorable

No escondamos nuestro rico patrimonio tras la maleza

Hacía ya unos meses que nuestros pasos no emprendían la ruta desde que va desde la Cruz de Hierro pasando por la Fuente Seca, el Huerto del Carmen y desembocado en la Plaza de Santa Lucía. Nuestros pies y algunos años encima, prefieren las calzadas llanas a los empedrados y cuestas.

Fue una mañana soleada de este extraño invierno primaveral. Al llegar a la altura del Huerto del Carmen, el sol calentaba las vetustas piedras de la muralla. Nos fijamos que la experta y atinada mano del podador, había aligerado los árboles y arbustos que conforman el jardín del huerto para que sus ramas sobrantes retoñen en primavera. Se aprecia una extraña claridad, se observa mejor la monumental muralla en su comienzo. Sin embargo y más allá, bajo la cúpula de la iglesia de San Miguel, han crecido tanto los cipreses y los árboles de gran porte, que sólo se ve vegetación y maleza por doquier. Pasado el pilar de la fuente –que por cierto está un tanto olvidado en cuanto a su limpieza-, se aprecia en todo su esplendor el lienzo de adarve que conecta con la puerta de Santa Lucia y que no hace mucho fue restaurado y consolidado. Éste se encuentra libre de sombras, sólo unos arbustos que, a sus pies, sirven para contener y fijar la tierra del terraplencillo.

Este colectivo, ve con buenos ojos que dicho trozo de muralla siga sin “aditivos”, tal como está. Pedimos por tanto, a los responsables como los encargados de jardinería y urbanismo de nuestro Ayuntamiento, que continúen así y que el resto de la fortificación que esta medio oculta esta parte quede -tras una exhaustiva poda- bien visible para el disfrute de lugareños y visitantes.


No debemos olvidar que cuando un turista se desplaza a una localidad su motivo principal consiste en contemplar los edificios, monumentos y sus piedras centenarias (aparte de visitar algunos museos y degustar su gastronomía) y no fijar su atención en mirar los álamos, los cipreses o los laureles. No escondamos nuestro rico patrimonio tras la maleza. Es nuestra opinión. 

Aspecto lamentable

Fotografías del caballero Atanaor

lunes, 2 de mayo de 2016

DEL ESCORIAL DE ANDALUCÍA A SAN LORENZO DEL LAUREL

Fotomontaje

Lean lo que nos hemos encontrado en las Actas del Cabildo ubetense con fecha 2 de febrero de 1885 (libro 86, folio 11), donde el concejo aprobó “la corta de los árboles que existen en la lonja del Hospital de Santiago”, pues alegaban que “sus raíces eran altamente perjudiciales para la conservación del edificio”. Está claro que las raíces de antes eran mucho más peligrosas que las de ahora.  
Nosotros, los “Veinticuatro”, no queremos continuar “erre que erre” sobre UN TEMA QUE YA TENEMOS ZANJADO, como es nuestro deseo de que el magnífico y monumental laurel que se alza ante la fachada del Hospital de Santiago fuese trasplantado a otro lugar (que se puede) y dejara diáfana -para que luciera en su plenitud- la obra más señera de nuestro arquitecto del Renacimiento Andrés de Vandelvira. 
Durante nuestra campaña en la que pedíamos su traslado hubo alguien que alzó su voz diciendo que si se intentaba quitar el laurel de ahí se ataría al mismo con cadenas. Y hasta hubo quienes nos tacharon de arboricidas. Nada más lejos de la realidad, porque nuestra intención siempre ha sido la de mantener vivo este árbol que llama la atención por su porte y frondosidad, eso sí, en otro lugar, como podría ser el Parque Norte o en los jardines románticos que hay en la parte trasera de este mismo edificio.   
Cuando se hicieron los jardines que hoy existen en la lonja del Hospital, se plantaron varios árboles (entre los que iban laureles) a cada lado y en la parte central de cada jardinillo flanqueados por arbustos y adelfas. Todo ello poco a poco se fue haciendo desaparecer y con buen criterio, sin embargo uno de los laureles fue mimado llegando a echar profundas raíces que lo han mantenido con excelente salud hasta nuestros días. Demos gracias a Dios que al técnico que se le ocurrió tan genial idea no plantó ficus como los de la Alameda de Málaga.
Se comenta por ahí que los encargados de la conservación y jardinería de San Lorenzo del Escorial quieren importar la idea que algunos acogen con tanto cariño aquí y plantar en la explanada del magno monumento que alzara Felipe II unos cuantos laureles y así solidarizarse con el “Escorial de Andalucía” para lo que también cambiarían su nombre denominándolo “San Lorenzo del Laurel”.
Esta llamada nuestra sólo quiere alzar la voz para que cuando se plante un árbol se piense el impacto visual o el daño que puede hacer cuando éste crezca, como le ocurrirá a los cuatro cipreses plantados recientemente flanqueando el monumento de Juan de la Cruz. 


Nota.- Las torres serán el tema para otro artículo.